Por:Magaly Norvis-Misceláneas de Cuba
Activistas de derechos humanos y opositores intentaron realizar, el viernes 23 de octubre, una protesta frente a la sede de la Seguridad del Estado, ubicada en el municipio Marianao, en la capital cubana, y fueron arrestados.
“Nosotros salimos hoy, Ricardo Rubén Barreto Fuentes, José Candelario Muñoz Suárez y yo para la Sección 21. Había un grupo de activistas convocados allí a la una de la tarde para exigir que nos digan dónde está Mario Alberto Pérez Aguilera. Todo estaba coordinado con la gente de Placeta y con el Directorio”, dijo a esta periodista Sara Marta Quevedo, portavoz del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba.
Mario Alberto Pérez es cuñado de Jorge Luís García Pérez (Antúnez), un afrocubano que cumplió 17 años de cárcel. Mario Alberto comenzó una huelga de hambre. Hasta ahora las autoridades se niegan a comunicarle a sus familiares dónde se encuentra.
Según Sara Marta Quevedo, en el encuentro también hubieran participado varias organizaciones opositoras con sede en la capital y con las que no han podido contactar para conocer si hubo activistas arrestados.
“Cuando llegamos a la Sección 21 de la sede de Seguridad del Estado, había un operativo allí y nos detuvieron. Nos pidieron la documentacíon pero aprovechando ese impás rapidamente sacamos dos carteles, uno preguntaba “¿Dónde está Mario Alberto Pérez Aguilera?” y el otro pedía “Libertad”. Los agentes se nos tiraron y nos lo quitaron. Entonces me puse a gritar para que las personas supieran que no eramos delincuentes. Somos defensores de los Derechos Humanos: “Viva los derechos Humanos, ellos tienen un preso secuestrado muriéndose y no le dicen a su familia dónde está”. En ese momento nos metieron en una patrulla en la que ibamos como sardinas en lata”, describió Sara Marta.
Por otro lado en el poblado de Placetas en Villa Clara, Antúnez fue golpeado en su domicilio cuando pretendía salir a la calle ese mismo día, según denunció Idania Yánez Contreras, activista política.
“En la patrulla les dije unas cuantas cosas más a los policías. Me mandaban callar. Nos llevaron para la 5ta estación policial del municipio Playa”.
Sara Marta y los demás fueron puestos en libertad horas más tarde, según información de los mismos, sin que se les imputara cargo alguno.