(por AFP)
Activistas de la disidencia interna cubana denunciaron este domingo el traslado a prisiones de ocho opositores, tres en La Habana, y cinco en Guantánamo (este), tras varios días de arresto sin que la fiscalía les haya abierto causa judicial.
Se trata de Luis Labrador, Eduardo Pérez y Michel Rodríguez, miembros del ilegal Partido Cuba Independiente y Democrática, detenidos el 16 de agosto tras una protesta en la escalinata de la Universidad de La Habana.
Dos de ellos fueron trasladados a prisiones de La Habana y uno a un centro penitenciario de Matanzas (100 km al este de La Habana), acusados de “escándalo público”, dijeron los disidentes.
“Ellos no cometieron ningún delito, solamente ejercieron su derecho a la libertad de expresión y a manifestarse, y sin embargo los quieren encausar”, señaló Sarah Marta Fonseca, detenida junto a los tres, pero liberada posteriormente.
Por su parte, el activista de los derechos humanos, Elizardo Sánchez, dijo a la AFP que otros cinco opositores fueron detenidos el 12 de agosto, tras una reunión política en una vivienda en Guantánamo, extremo este de Cuba.
Ellos son: los hermanos Ernesto y Rolando Rodríguez Lobaina, Francisco Manzanet, Roberto González, y Enyor Díaz, todos internados en la prisión provincial.
Los encarcelamientos, aún no confirmados por las autoridades, se producen en medio de un proceso de liberación gradual de 52 presos políticos, resto en prisión de los 75 disidentes condenados en 2003, resultado de un diálogo entre la Iglesia y el Gobierno, con el apoyo de España.
Laura Pollán, líder de las Damas de Blanco, familiares de esos presos políticos, dijo a la prensa que la excarcelación de sus parientes es importante, “pero más importante para el país es que cambien las leyes”, pues es contradictorio que “mientras liberan a unos, encarcelan a otros”.
En Cuba “no deben existir mas presos políticos”, dijo.
Al anunciar públicamente la excarcelación de los presos, el pasado 1 de agosto, el presidente Raúl Castro advirtió que “nadie se llame a engaño. La defensa de nuestras sagradas conquistas, de nuestras calles y plazas, seguirá siendo el primer deber de los revolucionarios a quienes no podemos privar de ese derecho”.