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(Por Latam) El presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, ha denunciado que el régimen cubano ha puesto en marcha una camaña de detenciones arbitrarias y amenazas contra disidentes y activistas católicos coincidiendo con la visita a Cuba del Papa Bendicto XVI.

Concretamente, Sánchez ha asegurado que al menos un centenar de limosneros pordioseros y otros mendigos han sido “detenidos e internados, de manera arbitraria y extrajudicial, para que no fueran vistos en las calles” por peregrinos y periodistas extranjeros.

Estas personas permanecen confinados en un centro de internamiento llamado La Colonia, cerca del Aeropuerto José Martí de La Habana, ha explicado Sánchez. “Nuestra Comisión considera que el internamiento forzado de estas personas indefensas y absolutamente vulnerables constituye una repugnante violación de derechos humanos por un Gobierno que privilegia, en primer lugar, su propia imagen política”, ha indicado el activista.

Por otra parte, Sánchez ha llamado la atención sobre una serie de “acciones represivas y de intimidación” contra disidentes pacíficos, especialmente en Santiago de Cuba y su región, donde se han producido al menos 70 detenciones en los cuatro últimos días, incluidas las de 15 integrantes de la asociaciones de familiares de presos políticos Damas de Blanco.

Sánchez ha señalado que tanto en Santiago como en La Habana “a un numero indeterminado de feligreses católicos se les ha conminado, bajo amenazas de arresto”. “A los católicos fervientes se les niega, se les prohíbe, se les amenaza porque son personas que no aplauden al Gobierno o son disidentes”, ha explicado Sánchez en declaraciones telefónicas a Europa Press.

En cambio, mucha gente asistirá a los actos del Papa “bajo coerción administrativa”. “El gobierno esta desplegando su enorme capacidad de movilización burocrática para llenar las plazas y otros lugares por donde transite Benedicto XVI (…). El martes en Santiago y el miércoles en La Habana serán llevados como borregos” a las misas de Benedicto XVI, ha augurado Sánchez.

“A diferencia de lo acontecido durante la visita de Juan Pablo II, nuestra Comisión no ha constatado que exista, ni mucho menos, el mismo entusiasmo y fervor popular espontáneo a propósito de la visita de Benedicto XVI, empañada de antemano por una presencia y acciones sobredimensionadas de los cuerpos de represión política y social”, ha apostillado.

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